ESPECIALIDADES

PSICOTERAPIA DE PAREJA (Terapia Breve)

“Las posibilidades eróticas del animal humano, su capacidad de ternura, intimidad y placer nunca pueden ser expresadas espontáneamente, sin transformaciones muy complejas: se organizan en una intrincada red de creencias, conceptos y actividades sociales, en una historia compleja y cambiante”. Weeks(1985, p.21).

 

La  construcción del concepto de “relación de pareja” es asumida de diferentes maneras por cada ser humano. Para la construcción de una relación de pareja se necesita más que conseguir a otro individuo para la realización de un intercambio en los patrones conductuales.


Se necesita definir que es lo que uno espera de una relación de pareja antes de llevar a cabo su construcción. El concepto de relación de pareja es construido por cada individuo desde el momento en el que tiene contacto con alguna pareja, generalmente pueden ser lo padres los primeros, pero los medios de comunicación, el contexto en el que un individuo se desarrolla, hacen participe al individuo en dicha construcción mucho antes incluso de que este puede conseguir una pareja. Es, incluso, interesante cuestionarse el por qué se ha construido a nivel global la meta de “tener pareja” como algo importante y valorativo en nuestra sociedad, mas aún, el cómo “se debe” tener una pareja.

 

El comienzo  de una familia y como grupo humano es de gran importancia para el buen desarrollo de la vida familiar. Al principio de la historia de la familia, cuando aún no existen los niños, la pareja es claramente identificable y muy valorada

A medida que pasa el tiempo y con el nacimiento de los niños la pareja va quedando postergada ya que los adultos están constantemente en su rol de padres. Esto trae consigo dificultades entre los miembros de la pareja que afectan finalmente a todo el grupo familiar provocando sentimientos de rabia y frustración difíciles de enfrentar para ambos. Las dificultades generalmente dicen relación con la falta de espacios (tiempos y privacidad) para estar juntos para conversar, pololear y compartir experiencias como pareja (como lo hacían durante el pololeo). Esto puede afectar incluso la vida sexual de la pareja provocando muchas veces problemas difíciles de resolver.


Existen algunas parejas que establecen relaciones simbióticas (en las que ambos son como uno solo) que generalmente determinan un estilo de vida solitario, con pocas amistades, y en las que cada uno depende del otro. El riesgo de estas relaciones es la soledad de la pareja frente al mundo externo y el rigidizarse demasiado en este estilo de vivir hacia el interior de la familia y la pareja. Esto también puede ser vivido por alguno de los miembros como una pérdida de su identidad personal.

Esto genera muchas veces temor de perder al otro cada vez que este intenta buscar estos tiempos para sí mismo, pero el miedo inicial desaparece en la medida que la pareja es capaz de establecer relaciones más profundas y significativas. Es fundamental que esto pueda darse en ambos miembros de la pareja para que no surjan sentimientos de desigualdad e injusticia ante la posibilidad de contar con estos espacios personales. La vida de pareja involucra también la necesidad de espacios personales para cada uno de sus miembros. Esto significa que cada uno tenga espacios de tiempo para desarrollarse como persona y aportar elementos nuevos para enriquecer la relación.


Amar a otro de verdad, con sentimientos reales, implica antes que todo amarse a sí misma y ser independiente emocionalmente. Se debe amar porque así quieres y deseas, no porque lo necesitas. Amar por necesidad, generalmente, acarrea una baja autoestima y con ella la inseguridad que inmoviliza y genera conflictos en la pareja. Esa inseguridad tiende a retener y quitar espacios al otro siempre “ahogándolo”, lo que sin duda terminara alejándolo. Para que lo anterior no suceda, lo más importante es que tengas una autoestima sana que te permita no tratar a tú pareja como tú posesión...


La sicóloga Pilar Sordo señala: “Los espacios en la pareja son muy importantes en la medida en que ambos los respeten. En el fondo, el tema de los espacios, tiene que ver con que yo sé lo que necesito y trato de satisfacerlo, sin esperar ni obligar a que el otro lo haga, para eso necesito tiempo para mis gustos, mis amigos y mi crecimiento personal. En la medida en que yo estoy bien, le puedo dar una mejor calidad de amor al otro y viceversa, y eso implica que yo debo permitirle al otro vivir sus espacios en libertad”.

Los espacios, la libertad en el amor, deben ser entendidos como la apertura y el encuentro con la capacidad que cada uno tiene de configurarse en un nosotros”. Seremos libres y felices en la medida en que seamos capaces de ser auténticos y esto también implica límites y espacio para el compromiso real. Pilar Sordo enfatiza: “Lo importante es que las libertades no se transformen en el desarrollo de los egoísmos. Es necesario que ambas partes de la pareja sepan equilibrar los espacios porque requieren de sus propios tiempos, los compartidos, y en ocasiones no es fácil equilibrarlos. Parte de la sabiduría de pareja implica el saber equilibrar los tiempos personales, los tiempos de pareja y los tiempos con los hijos, cuando los hay”.


Así, el amor será auténtico y se fundará sobre el reconocimiento de libertades. Cada uno comprenderá  las libertades del otro y podrá vivir las propias. Vivirlas es un derecho, lo que sí, se  reconoce que a los hombres les es más fácil: “En general, los hombres van a hacer respetar sus espacios de mejor manera que las mujeres y a nosotras nos produce cierta ira, que puede ser muy negativa para ambos, el hecho de que ellos vivan sus libertades y espacios con tanta naturalidad y sin culpa. Esto es algo que genera mucha inseguridad femenina, pero en vez de alimentar esta inseguridad debiéramos aprender de los hombres y no olvidar que dentro de nuestras libertades, está el derecho a exigir respeto frente a los hechos que pueden molestarnos”.


"El amor no suprime la voluntad del otro, al contrario, la reafirma y puede controlarla, en el buen sentido de la palabra, a través del respeto y la comunicación". Si bien es cierto que respetar los espacios es necesario para la felicidad de la pareja, también lo es comunicar lo que no nos parece o nos vuelve inseguras...Deja atrás tus miedos y egoísmos y abre los espacios necesarios para que él y tú sean felices...Éstas son algunas claves:

1.- Permite que tú pareja se desarrolle y aprenda de la vida por su propia experiencia. Tal cual tú debes hacerlo.

2.- Respeta sus decisiones aunque no sean las que tú habrías tomado. Así, él respetará las tuyas.

 

3.- No lo obligues a cambiar “por su bien” cuando, en el fondo, lo que deseas es que cambie por el tuyo: “Creo que pierdes mucho tiempo con tus amigos”, “Te hace mal ver tanto fútbol en la televisión”… A ti tampoco te gustaría recibir de su parte esas "observaciones".

4.- Nunca olvides que él es una persona con actitudes, formas de pensar y de vivir, que lo hacen único. Y son precisamente éstas las que te hicieron enamorarte de él. Así como tus características hicieron que él se enamorara de ti.

5.- Acéptalo como es, no lo obligues a cambiar, si no lo dejas ser él mismo, terminara  mintiéndote. 

6.- Respeta sus sueños. No basta con que lo ames, debes tratar de comprender y compartir sus deseos, así como pretendes que él comparta los tuyos.

7.- El amor es adaptación. Ambos deben esforzarse diariamente por equilibrar sus gustos, deseos y necesidades. 

8.- Sí eres capaz de llevar a cabo lo anterior, podrás exigir ser respetada como tú eres y entonces, habrán encontrado el equilibrio.

"Vive tú amor sin deseo de posesión, eso te hará más libre, y siempre respeta la independencia de él y la tuya...La relación de pareja no es otra cosa que la unión de dos individualidades, dos realidades diferentes, que persiguen un mismo objetivo...Un destino en común, conscientes uno del otro y de su felicidad como pareja..."

límites y espacio para el compromiso real. Pilar Sordo propone  respetar  la independencia de él y la tuya...La relación de pareja no es otra cosa que la unión de dos individualidades, dos realidades diferentes, que persiguen un mismo objetivo...Un destino en común, conscientes uno del otro y de su felicidad como pareja..."

 

Temáticas recurrentes en psicoterapia

 

Cuando los problemas de pareja provocan un estancamiento en la  r elación, que da pena echarlo por la borda, la terapia de pareja brinda a los integrantes una segunda oportunidad de recuperar la armonía en el hogar, venciendo esta prueba o conflicto  que los ha entrampado.


Las situaciones que ponen en peligro la continuidad de la pareja son muchas y variadas (las relaciones sexuales extra matrimoniales, el mal reparto de las tareas domésticas, el excesivo trabajo, una situación económica complicada, falta de demostración de los afectos, crisis evolutivas, pérdida  de habilidades para comunicarse, estilos de crianza de los hijos, conflictos sexuales, violencia intrafamiliar, etc.)

 

¿Cuándo acudir a un proceso de terapia breve?
Muchas parejas ante cualquier situación caen rápidamente en la descalificación, en la agresión, en el mutismo o la indiferencia, y así se va generando un círculo vicioso de rencor en el que se responde a respuestas negativas con respuestas negativas porque es lo que menos esfuerzo conlleva. Un ‘quid pro quo’ en negativo.

Únicamente el diálogo puede salvar una relación deteriorada. Pero cuando los canales de comunicación están cerrados se precisa de ayuda externa para abrirlos y entrenar distintas habilidades de resolución de problemas. Y es aquí donde entraría en juego la terapia de pareja. El terapeuta (psicolog@) analizará con detalle los conflictos cotidianos que han dado lugar a la ruptura de la relación, el cómo aparecen y por qué se mantienen. Una vez identificados estos elementos, proponemos desde nuestro punto de vista como terapeutas “poner el foco  en las soluciones intentadas” previamente por nuestros clientes que desean resolver sus problemas.

 

Psicoterapia sexual

 

Estos últimos treinta años, se ha apreciado una modalidad terapéutica que se ha desarrollado principalmente al tratamiento de disfunciones sexuales. Se trabaja focalizadamente con pacientes que “traen” a la consulta problemas de insatisfacción en su rendimiento sexual (disfuncionamiento sexual femenino ò masculino), otros que pueden tener problemas de identidad de género, con personas que pueden tener conflictos en su orientación sexual ò con aquellas que han sido víctimas de abuso sexual.

 

Este tipo de terapia requiere de una evaluación diagnóstica muy específica, ya que se compone de un examen psicológico y uno médico. El motivo principal es que al referirnos al tema de “Disfunciones sexuales”, éstas pueden tener a la base un aspecto biológico, una base psicógena ò ambas. Es por esto, que a la persona que viene a consultar, se le brinda una atención profesional lo más integral posible. La que finalizará con la entrega de un conjunto de técnicas y herramientas terapéuticas a aquellas personas que han acudido a la consulta por algunos de estos “entrampamientos” en sus vidas; descartándose con anterioridad (obviamente) una etiología fisiológica (médica), ò como complemento al tratamiento médico.


Es así que, una terapia sexual integra una combinación de diferentes tipos de terapias. Por una parte, se trabaja en sesiones terapéuticas donde se expresan dichos conflictos, se evalúan los síntomas, se explora su historia sexual (mediante entrevista semiestructurada) y las “soluciones intentadas” para resolverlos- y por la otra- incluirá prescripciones directas (tareas) con  técnicas terapéuticas que la persona ò la pareja ,tendrán que realizar en casa.

Es posible aplicar una modalidad de trabajo en forma individual, de pareja ò combinadas, de acuerdo a las necesidades y requerimientos del” problema” a atender ò a las características de cada sistema consultante.